Dicen que la política es maldita. También que los periodistas están malditos y que en el control de los medios de comunicación transitan demonios que juegan con aquella materia incandescente, inasible y siempre a punto de estallar, que no es un volcán, sino la opinión pública.
Sin embargo, la única personificación del mal tiene como referente a esos dictadores que sometieron a los pueblos a caprichos mesiánicos, delirios místicos y ambiciones venales. El Plan Cóndor en América Latina es poco mencionado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP). Sigue leyendo